Evangelio de hoy, 6/11/2024
Descripción de la publicación.
11/6/20243 min read
Evangelio según San Lucas 14, 25-33
"En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. El que no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. ¿Quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’. ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está aún lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío»."
Reflexión
Este Evangelio parece, a simple vista, radical y casi hiriente. Jesús habla de una renuncia que no admite condiciones: dejarlo todo, incluso las relaciones más cercanas, y llevar nuestra cruz. Pero esta radicalidad no es un rechazo de lo que tenemos o de quienes amamos, sino una invitación profunda a poner a Dios como centro absoluto de nuestra vida. Cuando Jesús habla de “posponer” a nuestros seres queridos y a nosotros mismos, está proponiendo algo revolucionario: que el amor a Dios sea el que ilumine y transforme todas nuestras relaciones, que sea una luz que da sentido y dirección a todo lo demás.
Imagínate que esta cruz que se nos pide cargar no es una carga dolorosa y pesada en el sentido de un sufrimiento sin sentido, sino una cruz que nos lleva a ser coherentes, a asumir las consecuencias de nuestra fe en la vida cotidiana. Llevar la cruz es llevar la responsabilidad de vivir de acuerdo con los valores que Jesús nos enseñó. Esto puede significar incomodidad, decisiones difíciles, y a veces, sacrificio. Sin embargo, es en esa entrega donde descubrimos una libertad que el mundo no ofrece.
La parábola de construir una torre y la del rey que se prepara para la batalla nos invitan a reflexionar sobre el compromiso y la perseverancia. Emprender el camino de seguimiento a Jesús no es algo que se hace a medias, sino que requiere dedicación y un amor constante. Construir la torre de nuestra vida en Cristo necesita de nuestros esfuerzos y, sobre todo, de una entrega total. A veces, podemos dudar, sentir que no estamos preparados, o que nuestras fuerzas no son suficientes, pero este es precisamente el momento en que descubrimos la ayuda de Dios en nuestra debilidad.
Aquí es donde entra el concepto de “renuncia”. No se trata de despreciar lo que poseemos o de abandonar nuestras responsabilidades, sino de saber que todo cuanto tenemos y somos debe ponerse al servicio del Reino de Dios. Cuando Jesús habla de renunciar a los bienes, nos invita a no aferrarnos a lo que nos da seguridad humana. Quizás hay cosas que nos atan, preocupaciones o posesiones que nos quitan paz o nos distraen de lo esencial. En el fondo, Jesús nos pide una libertad interior que nos permita seguirlo sin obstáculos.
La imagen de cargar con nuestra cruz se convierte en una expresión de nuestra entrega, y eso incluye nuestras preocupaciones, temores y hasta nuestras limitaciones. Cada día podemos preguntarnos: ¿Cómo voy a vivir mi vida hoy de manera que refleje mi compromiso con Cristo? Esta pregunta no es fácil, pero es la clave para construir una vida llena de sentido.
Jesús nos invita a vivir un amor comprometido y auténtico, uno que nos lleva a poner nuestras prioridades en orden. Si vivimos este Evangelio, nuestras relaciones, trabajos y todo cuanto somos pueden transformarse en un lugar de encuentro con Dios. A través de nuestras decisiones diarias, el Señor se hace presente y nos va moldeando para que podamos parecernos cada vez más a Él.
Finalmente, pensemos en la paz que llega cuando uno se entrega a Dios sin reservas. Al renunciar a la ansiedad por las cosas materiales o las preocupaciones innecesarias, obtenemos una paz interior que el mundo no puede dar. Este es el fruto de la confianza en Dios, de saber que Él sostiene nuestra vida.
Propósito del día
Hoy, haz un examen de conciencia sobre aquellas cosas que pueden estar ocupando el lugar de Dios en tu vida, ya sea en tus preocupaciones, deseos o relaciones. Pide a Jesús la gracia de soltar cualquier apego que no te permita ser completamente libre para seguirlo. Porque "los bienes terrenales no son más que polvo si no nos llevan a amar más a Dios".
Santos del día
Hoy recordamos a San Leonardo de Noblac, abad, conocido por su devoción a los prisioneros y su intercesión por ellos.
Jaculatoria para el día
"Señor, dame la libertad de seguirte sin reservas."
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