Evangelio de hoy, 29/11/2024

11/29/20242 min read

Evangelio según San Lucas 21, 29-33

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

Reflexión

El pasaje de hoy es una invitación a afinar nuestra mirada espiritual. Jesús utiliza una imagen sencilla pero poderosa: los brotes en los árboles que anuncian la llegada del verano. Así como prestamos atención a estos pequeños signos en la naturaleza, estamos llamados a observar cómo Dios se manifiesta en nuestra vida diaria. Él siempre está presente, susurrando en los pequeños detalles, pero depende de nosotros tener los ojos abiertos para reconocerlo.

En tu día a día, entre las responsabilidades familiares, laborales y sociales, Dios pasa constantemente. Tal vez se manifiesta en una conversación inesperada, en un desafío que te invita a crecer, o en un gesto de amor que recibes o das. Pero no siempre logramos reconocer estas señales. Por eso, es importante dedicar un momento al final de cada día para examinar cómo ha pasado Dios por nuestra vida: qué señales hemos atendido y cuáles hemos pasado por alto. Este examen no debe hacerse desde la culpa, sino desde el deseo sincero de aprender, rectificar y hacerlo mejor al día siguiente.

Esta práctica te ayudará a desarrollar una sensibilidad espiritual más fina, una capacidad mayor para discernir lo que Dios quiere decirte a través de los acontecimientos. No se trata de buscar grandes revelaciones, sino de descubrir su presencia en lo cotidiano: en los brotes que anuncian cambios, en los momentos de silencio, en las oportunidades de amar y servir.

Jesús nos asegura que, aunque todo lo demás pase, sus palabras permanecerán. Esto nos invita a fundamentar nuestra vida en sus enseñanzas, que son nuestra guía constante en un mundo cambiante. En un tiempo en el que tantas cosas parecen transitorias o inciertas, encontrar en su Palabra una fuente de estabilidad y esperanza es un regalo que no debemos desaprovechar.

También nos recuerda que el Reino de Dios no es solo un futuro lejano, sino una realidad que está cerca, aquí y ahora. Cuando vivimos con los ojos abiertos a los signos que Él nos da, nos damos cuenta de que podemos contribuir a construir ese Reino en cada decisión, en cada relación, en cada acto de amor.

Por último, al examinar nuestra jornada, debemos recordar que este ejercicio no es para juzgarnos duramente, sino para agradecer los momentos en los que hemos respondido bien, reconocer dónde podemos mejorar, y pedir la gracia para avanzar con más confianza y amor al día siguiente. Es una forma de crecer, paso a paso, hacia esa plenitud que Dios quiere para nosotros.

Propósito para hoy

Al terminar el día, dedica unos minutos a reflexionar sobre cómo has visto a Dios en los pequeños y grandes acontecimientos. Agradece los momentos en los que has sentido su cercanía, reconoce las oportunidades que quizás pasaste por alto, y pide la gracia de responder con más atención mañana.

Santos del día

Hoy celebramos a San Saturnino de Tolosa, obispo y mártir del siglo III. Su vida fue un testimonio constante de fidelidad y valentía. Nos recuerda: "En la entrega y en la fe, Dios se revela con claridad".

Mantra para el día

"Señor, ayúdame a verte en todo y a responder con amor."