Evangelio de hoy, 28/11/2024

11/28/20243 min read

Evangelio según San Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está próxima su desolación. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella. Porque estos son días de venganza, para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad en la tierra y la ira contra este pueblo. Caerán a filo de espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en el mundo, pues las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca».

Reflexión

El pasaje de hoy tiene una fuerza que nos sacude, con imágenes de calamidad y desolación. Pero antes de dejarnos llevar por el miedo o la inquietud, Jesús nos ofrece claves profundas para interpretar lo que vivimos y encontrar en ello esperanza.

Primero, es importante reconocer que muchas de las calamidades que vivimos tienen su origen en nuestras propias decisiones. La autodestrucción de un "mundo loco" que parece desmoronarse es, a menudo, el resultado de la falta de responsabilidad con el medio ambiente, las injusticias, los conflictos y el egoísmo colectivo. Sin embargo, no todas las pruebas que enfrentamos son nuestra culpa. Hay situaciones que simplemente llegan, sin que podamos entenderlas o evitarlas. En ambos casos, Jesús nos llama a mirar con los ojos abiertos y atentos: hay señales que nos advierten de lo que está por venir, y aprender a interpretar estos signos es clave para actuar con sabiduría.

Jesús no nos deja con la imagen de destrucción y caos. Nos invita a ir más allá: no quedarnos en la cruz, sino mirar hacia la resurrección. Al final de los días difíciles, Él promete que "verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria". Esto nos recuerda que la fe no es un camino de resignación, sino de esperanza activa. Nuestro dolor no son estertores de muerte, sino dolores de parto. Esos momentos de crisis, aunque duros, pueden ser el inicio de algo nuevo y más pleno si los vivimos con confianza en Dios.

La clave está en levantar la cabeza, como dice Jesús, y recordar que somos queridos, amados y cuidados por un Dios que nunca nos abandona. Incluso en los momentos más oscuros, Él está presente, sosteniéndonos y guiándonos hacia la plenitud de Su plan. Esta certeza nos ayuda a mantener la confianza cuando parece que todo a nuestro alrededor se derrumba.

En un mundo que parece encaminado a la autodestrucción, puede que la única salida sea regresar al ideal del Hijo del Hombre: volver a los valores que Él encarnó, como el amor, la entrega, la justicia y el servicio. Este regreso no es un retroceso, sino un avanzar hacia lo esencial, hacia lo que realmente puede salvarnos y darnos sentido.

En tu vida cotidiana, este mensaje se traduce en aprender a leer los signos de los tiempos. Puede que en tu entorno haya señales que te inviten a actuar con más amor, a corregir una situación o a ser luz para otros en momentos de dificultad. No se trata de buscar catástrofes, sino de discernir cómo Dios nos habla a través de lo que sucede, invitándonos siempre a construir algo nuevo.

Finalmente, no olvides que Jesús no promete una vida sin dolor, pero sí asegura que cada prueba tiene un propósito. Cuando vivas un momento difícil, recuerda que no estás solo. Esos dolores no son el fin, sino el preludio de algo mayor, la manifestación de un Dios que nos transforma y redime.

Propósito para hoy

Reflexiona sobre las crisis o dificultades que estás enfrentando. Pregúntate qué señales te están dando y cómo puedes interpretarlas desde la fe. Mantén la confianza en que Dios está actuando, incluso en lo que parece caótico, y permite que esa certeza te impulse a vivir con esperanza.

Santos del día

Hoy celebramos a Santa Catalina Labouré, quien recibió la visión de la Medalla Milagrosa. Una frase suya que inspira confianza es: "Dios no abandona jamás a quienes confían en Él con todo su corazón".

Mantra para el día

"Señor, hazme ver en el dolor la semilla de la esperanza."