Evangelio de hoy, 27/11/2024

11/27/20243 min read

Evangelio según San Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Reflexión

Este pasaje nos pone frente a una realidad que puede parecer desconcertante: seguir a Jesús puede traernos incomprensiones, burlas e incluso rechazo, no solo de desconocidos, sino también de aquellos que nos son más cercanos. ¿Cómo vivir esa realidad en el día a día? ¿Cómo sostenernos en la fe cuando sentimos que nuestra manera de vivir o pensar choca con quienes nos rodean en el trabajo, la universidad, el colegio, el grupo de amigos o incluso en la familia?

Primero, Jesús nos recuerda que no estamos solos en estos momentos. Aunque es natural querer prepararnos para defender nuestra fe con argumentos o estrategias, Él nos asegura que es el Espíritu Santo quien nos inspirará qué decir y cómo actuar. Esto no significa que descuidemos nuestra formación espiritual, sino que confiemos en que, cuando llegue el momento, Dios se manifestará con más fuerza precisamente cuando más débiles nos sintamos. Esa confianza en la providencia divina nos da paz y nos permite afrontar las dificultades con serenidad.

Además, Jesús nos advierte que incluso nuestros seres queridos podrían rechazarnos o incomodarse con nuestra fe. Esto no siempre ocurre por maldad, sino porque nuestras acciones, palabras y decisiones pueden ser un espejo en el que no quieren verse reflejados. Nuestra generosidad, entrega y servicio pueden contrastar con actitudes de egoísmo o indiferencia, y ese contraste puede ser difícil de aceptar. Sin embargo, debemos recordar que nuestro testimonio no busca condenar ni humillar, sino iluminar y atraer hacia el bien.

Vivir estas situaciones requiere humildad y amor. Si alguien te rechaza o se burla de ti por vivir según tus valores, evita responder con agresividad o resentimiento. Jesús nos llama a ser firmes, pero también a ser pacientes y compasivos. La perseverancia que Él menciona en este pasaje no es una resistencia orgullosa, sino una fidelidad tranquila y amorosa que confía en que Dios actuará en su tiempo y modo.

En el contexto del trabajo o la universidad, donde las ideas y valores cristianos pueden ser impopulares, recuerda que tu testimonio no depende solo de tus palabras, sino también de tus acciones. Tus decisiones éticas, tu disposición a ayudar, tu actitud respetuosa y generosa son maneras de proclamar tu fe sin necesidad de discursos largos. Lo mismo ocurre en la familia o con amigos: no siempre se trata de ganar una discusión, sino de demostrar con tu vida que sigues a Jesús porque eso te hace más humano, más feliz y más pleno.

También es importante aceptar que no siempre verás los frutos de tu testimonio. Puede que algunos nunca comprendan tu fe o incluso se alejen, pero no pierdas el ánimo. Jesús nos asegura que, aunque la oposición sea fuerte, "ni un cabello de vuestra cabeza perecerá". Esta es una promesa de protección divina: aunque nos sintamos heridos o solos, Dios cuida de nosotros con un amor que no falla.

Por último, recuerda que cada prueba es una oportunidad para crecer en fe y confianza. En esos momentos de dificultad, cuando te sientas pequeño o sin fuerzas, deja que Dios actúe. Él utiliza nuestra debilidad para mostrar Su poder, y cuando nos abandonamos en Él, nuestras palabras y acciones se convierten en un reflejo de Su amor y sabiduría.

Propósito para hoy

Cuando enfrentes una incomprensión, burla o rechazo por tus valores, confía en que el Espíritu Santo te inspirará cómo actuar. Responde con humildad, paciencia y amor, recordando que tu testimonio no busca convencer, sino iluminar. Que tu vida sea un reflejo de la bondad y la verdad de Dios.

Santos del día

Hoy celebramos a San Virgilio de Salzburgo, un hombre de fe profunda y entrega misionera. Una frase suya que resuena con este Evangelio es: "En las pruebas, el alma se fortalece cuando confía plenamente en Dios".

Mantra para el día

"Señor, sé mi fuerza en la debilidad y mi luz en el testimonio."