Evangelio de hoy, 26/12/2024

12/26/20243 min read

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

«Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas.

Y seréis llevados ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis, porque se os dará en aquel momento lo que habéis de decir.

Porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.

El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres y los matarán.

Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ese se salvará».

Reflexión:

Hoy, en la fiesta de San Esteban, el primer mártir, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre el valor del testimonio cristiano. Jesús, al preparar a sus discípulos para las dificultades que enfrentarán, nos da a nosotros también una guía para vivir nuestra fe con valentía y confianza, incluso en medio de las adversidades.

La promesa de que el Espíritu hablará en nosotros nos recuerda que el verdadero testimonio no viene de nuestras propias fuerzas, sino de Dios actuando en nosotros. Para que el Espíritu pueda expresarse, necesitamos vaciar nuestro corazón de preocupaciones y miedos, permitiendo que lo divino fluya libremente. Es en ese silencio interior donde el ego se aparta y la presencia de Dios se manifiesta.

Jesús habla de persecuciones, traiciones y juicios, y aunque probablemente no enfrentemos un martirio como el de San Esteban, sí experimentamos críticas, incomprensiones o pequeñas mortificaciones por vivir nuestra fe. Puede ser un comentario sarcástico, una burla sutil o el rechazo por defender valores que van en contra de las corrientes del mundo. Estas pequeñas pruebas son oportunidades para purificar nuestra fidelidad y renovar nuestra confianza en que el Espíritu nos sostiene.

No debemos temer estas adversidades, porque no son castigos, sino el crisol donde nuestra fe se fortalece. La oposición del mundo refleja la resistencia de la oscuridad ante la luz que desenmascara las ilusiones. Cuando experimentamos rechazo por causa de Cristo, estamos caminando cerca del Reino, porque la luz de Dios siempre desafía a lo que no es verdadero.

Jesús nos anima a no preocuparnos por cómo defender nuestra fe en esos momentos. "No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros". Esto no es solo un consuelo, sino una llamada a confiar plenamente en el Espíritu Santo. No se trata de preparar grandes discursos, sino de estar disponibles para que el Espíritu actúe en nosotros con sabiduría y amor. La confianza en que Él nos guiará elimina la preocupación y nos libera para ser testigos auténticos.

El ejemplo de San Esteban es profundamente inspirador. Lleno del Espíritu Santo, no solo enfrentó su martirio con valentía, sino que lo hizo con amor, perdonando a quienes lo apedreaban. Su oración final, "Señor, no les tengas en cuenta este pecado", refleja un corazón transformado por el amor absoluto de Dios. No necesitamos enfrentar una muerte violenta para imitar a Esteban; nuestras pequeñas mortificaciones diarias pueden ser ofrecidas con el mismo espíritu de fe y amor.

"La perseverancia hasta el fin" es el núcleo de este mensaje. Perseverar no significa aguantar por pura fuerza, sino permanecer fiel al llamado de Dios, confiando en que la gracia nos sostiene. Esta fidelidad no es un esfuerzo solitario, sino una respuesta a la certeza de que estamos siendo guiados hacia nuestra verdadera naturaleza, hacia el amor eterno de Dios. Al final, perseverar es vivir con la esperanza de que nuestra vida, incluso en sus momentos difíciles, es parte de algo mucho más grande.

Hoy, las palabras de Jesús y el testimonio de San Esteban nos desafían a vivir nuestra fe con valentía, a no tener miedo de ser luz en medio de la oscuridad, y a aceptar con paz las pequeñas mortificaciones que enfrentamos. No estamos solos: el Espíritu nos guía, nos fortalece y nos llena de su presencia.

Propósito para hoy:

Reflexiona sobre las pequeñas mortificaciones que enfrentas por vivir tu fe. Ofrece esas dificultades como un acto de amor a Dios y confía en que el Espíritu Santo actúa en medio de ellas.

Santoral del día:

Hoy celebramos a San Esteban, el primer mártir cristiano. Su valentía y entrega total a Cristo, incluso hasta la muerte, nos inspiran a vivir nuestra fe con autenticidad y coraje. Una de sus frases más conmovedoras, pronunciada mientras era apedreado, es: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado" (Hechos 7,60), reflejando un corazón lleno de perdón y amor, incluso hacia sus agresores.

Jaculatoria para el día:

"Espíritu Santo, llena mi vida de tu fuerza y hazme testigo de tu amor en todas las pruebas, sean estas grandes o pequeñas".