Evangelio de hoy, 24/12/2024
12/24/20243 min read
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:
«Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
Reflexión:
El cántico de Zacarías, conocido como el "Benedictus", nos abre a una visión profunda de la Redención, ese momento en que lo eterno irrumpe en el tiempo, transformando nuestra historia humana con la presencia divina. Este himno no es solo un agradecimiento personal, sino un anuncio universal: la salvación de Dios no es un hecho aislado, sino un acto continuo que ilumina nuestras vidas y nos dirige hacia la plenitud de su plan.
Zacarías proclama que Dios ha visitado y redimido a su pueblo. Este "visitar" no es un acto pasajero, sino una intervención en la profundidad de la existencia humana, un pacto eterno que se renueva cada vez que un alma despierta a la presencia divina. La alianza con Abraham, que se menciona en el cántico, no es simplemente un evento histórico, sino una verdad arquetípica: la unión entre lo humano y lo divino se actualiza en cada corazón dispuesto a recibir la luz del Altísimo.
El cántico también nos llama a servir a Dios en santidad y justicia, reflejando que nuestra vida es un templo viviente. Cada acción justa, cada palabra de alabanza, es una piedra que edifica este santuario espiritual en el que Dios habita. Zacarías nos invita a caminar como templos del Espíritu, reflejando en nuestra existencia la armonía entre lo espiritual y lo terrenal.
La imagen del "sol que nace de lo alto" es poderosa. Este sol no solo ilumina, sino que guía al alma desde el caos hacia el cosmos, desde la oscuridad de la ignorancia hacia la paz interior y universal. En medio de las sombras de la incertidumbre o del dolor, Cristo es la luz que nos ordena, nos dirige y nos da propósito. Su luz no solo transforma nuestras vidas, sino que nos invita a ser luz para otros, guiando con amor y misericordia.
El cántico resalta también el perdón como clave para la salvación. El perdón abre la puerta hacia el estado de reconciliación, devolviendo al alma su paz original. Este acto de perdonar y ser perdonado refleja el movimiento constante de Dios hacia nosotros, liberándonos de las cadenas del error y acercándonos al corazón mismo del Creador.
Cuando Zacarías proclama que Dios guiará nuestros pasos por el camino de la paz, nos señala una paz que no es ausencia de conflicto, sino equilibrio, armonía, la integración de todas las dimensiones de nuestra existencia. Es una paz que nace del encuentro con Dios y se refleja en nuestras relaciones, nuestras decisiones y en la forma en que vivimos.
Finalmente, la misericordia divina se presenta como un río que conecta el origen con el fin, un flujo continuo que redime y sostiene el cosmos entero. Esa entrañable misericordia no solo transforma nuestras vidas, sino que nos invita a ser misericordiosos con los demás, reflejando así el amor divino en el mundo.
En este día, al acercarnos a la Navidad, el cántico de Zacarías nos recuerda que somos partícipes de esta redención. Estamos llamados a ser templos vivientes, a caminar en la luz, a perdonar y a irradiar paz. Que este mensaje te llene de esperanza y propósito, preparándote para recibir con un corazón renovado al Sol que nace de lo alto.
Propósito para hoy:
Tómate un tiempo para meditar en las áreas de tu vida que necesitan la luz y la paz de Cristo. Pide a Dios que ilumine tus pasos y te guíe hacia un equilibrio profundo entre lo espiritual y lo cotidiano.
Santoral del día:
Hoy, 24 de diciembre, la Iglesia celebra la memoria de San Gregorio de Spoleto, mártir del siglo III, conocido por su firmeza en la fe durante las persecuciones. Una de sus frases inspiradoras es: «Solo a Dios debo adoración». Este mensaje nos invita a mantener nuestra fidelidad a Dios por encima de cualquier adversidad.
Jaculatoria para el día:
"Señor, sé mi luz y mi paz; haz de mí un templo de tu presencia".
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