Evangelio de hoy 2024/11/04

Descripción de la publicación.

11/4/20243 min read

El Evangelio de hoy, 4 de noviembre, es según San Lucas 14, 12-14:

En aquel tiempo, dijo Jesús al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer:
“Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque seguramente ellos te invitarán a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte y recibirás tu recompensa cuando resuciten los justos”.

Reflexión

Este pasaje es una invitación a reimaginar lo que realmente significa dar, especialmente en el contexto de nuestras relaciones y de las expectativas que solemos tener. Jesús, en un tono radical, nos saca de la lógica del intercambio humano, de esa especie de “contabilidad” que solemos aplicar inconscientemente en nuestras interacciones: si yo doy, también espero recibir algo a cambio. Sin embargo, Él nos propone algo totalmente distinto, una generosidad que da sin esperar nada, sin contar el retorno. Esto, para la lógica humana, suena como una “pérdida,” pero para Dios es la verdadera ganancia del alma.

En tu vida cotidiana, este pasaje puede invitarte a preguntarte por esas relaciones o actos de servicio que realizas. ¿Qué tanto de lo que haces tiene una expectativa de reconocimiento o de reciprocidad? Puede ser en el ámbito laboral, donde es natural esperar que nuestros esfuerzos sean valorados, o en el familiar, donde a veces asumimos que la ayuda o el cariño debería ser mutuo. Esta invitación de Jesús no es para dejar de valorar el reconocimiento justo, sino para que, desde el corazón, puedas vivir cada acto de servicio como un desprendimiento sincero, un acto de amor puro que no se aferra a una recompensa.

Cuando Jesús menciona a los pobres, los lisiados, los cojos y los ciegos, se refiere a personas que, en su tiempo, eran las más vulnerables y marginadas de la sociedad. Hoy en día podríamos ver a estas personas como aquellos que, por una u otra razón, no pueden retribuirnos. Esto puede aplicarse incluso en relaciones en las que, emocionalmente, damos sin esperar que nos devuelvan en la misma medida. Quizá tienes personas a tu alrededor que necesitan de ti, de tu escucha, de tu cariño, de tu presencia, sin que puedan ofrecerte mucho a cambio en términos materiales o emocionales. Ahí es donde Jesús te invita a sembrar.

Este pasaje también puede resonar con tu deseo de servir más profundamente en algún ámbito concreto. La caridad de la que habla Jesús es un reflejo del amor divino, que es generoso sin límites. Ese amor es un llamado a abrirnos más allá de nuestras pequeñas “zonas de confort” y de nuestras ideas preconcebidas de merecimiento. Quizás esta lectura te invita a revisar si existe algún ámbito donde puedas ofrecerte de una manera más desprendida, más auténtica, sin esperar nada a cambio, simplemente como un acto de amor gratuito.

Además, Jesús habla de la "resurrección de los justos" como el momento de la verdadera recompensa. Esto nos recuerda que hay un sentido trascendente en todo acto de amor desinteresado. Aunque en el mundo material no siempre recibamos la gratitud o el reconocimiento que desearíamos, hay un consuelo profundo en saber que Dios ve y acoge cada gesto de amor sincero que hacemos. La “recompensa” de la que habla Jesús no se traduce en bienes o elogios inmediatos, sino en una paz interior y en una conexión íntima con el amor de Dios que se siembra en cada acto de generosidad.

En esta línea, puedes pedirle a Dios que te ayude a crecer en esta libertad interior, a dar con un corazón grande y desinteresado. Que tus acciones, por pequeñas que sean, sean una ofrenda sincera que construya en el Reino de Dios, un Reino en el que todos son bienvenidos y valorados sin condiciones.

Propósito del día

Hoy, busca una oportunidad de hacer un acto de servicio o dar algo de ti a alguien sin esperar nada a cambio. Puede ser una llamada, un gesto amable, o tu tiempo. Hazlo en silencio, como una ofrenda en tu corazón, sabiendo que Dios lo ve y lo acoge.

Santos del día

Hoy celebramos a San Carlos Borromeo, obispo y gran reformador de la Iglesia. Fue un hombre profundamente entregado a los pobres y a la formación espiritual del clero. De él resuena la frase: “La oración es el medio más necesario para alcanzar la salvación, y por ello debemos orar continuamente”.

Aforismo para el día

“Señor, enséñame a dar sin esperar nada a cambio.”