Evangelio de hoy, 19/01/2025
1/19/20255 min read
Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». Había allí seis tinajas de piedra, destinadas a las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde venía (aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
Reflexión:
El relato de las bodas de Caná es un texto que me conmueve. Fue el que leímos y meditamos en una misa privada en la cueva de Manresa, celebrando los 20 años de matrimonio. Desde entonces, no deja de acompañarme. Aquí se nos revela a un Jesús que transforma, que responde a las necesidades humanas, y a una Madre que intercede por nosotros con confianza y ternura. Este pasaje, como un espejo, nos invita a reflexionar sobre nuestra vida matrimonial, espiritual y comunitaria.
✠ El símbolo de la boda:
La boda en Caná es una imagen de nuestro matrimonio, pero también de la alianza entre Dios y su pueblo. En una boda, la alegría y la abundancia son esenciales, pero aquí falta el vino, un símbolo de la bendición y la alegría que solo Dios puede proporcionar. En nuestras vidas, a veces sentimos que se acaba el vino de la esperanza o del entusiasmo. Este milagro nos asegura que Jesús está presente para restaurar y llenar de vida aquello que parece vacío.
✠ La intercesión de María:
El papel de María en este episodio es conmovedor. No solo ve la necesidad, sino que actúa con confianza y fe, enseñándonos a presentar nuestras preocupaciones a Dios con la misma confianza con que lo haría una madre. Cuando una madre necesita ayuda, se la pide a sus hijos con naturalidad... Del mismo modo que los hijos deben pedir ayuda a sus padres cuando les resulta precisa. En momentos de dificultad en nuestro matrimonio, cuando los problemas y las cargas parecen superar la alegría, recurrir a María es una forma poderosa de encontrar consuelo y guía. Ella nos invita a dirigirnos a Jesús, sabiendo que Él puede restaurar todo lo que parece perdido y -con su intervención- le 'anima' a hacerlo.
✠ Haced lo que Él os diga:
Estas palabras de María son un programa espiritual completo. A menudo queremos soluciones inmediatas o a nuestro modo, pero María nos enseña que el camino es la obediencia a las indicaciones de Jesús, aunque no comprendamos del todo sus caminos. En el matrimonio, esto significa escuchar su palabra, practicar la paciencia, el perdón y el amor incondicional. Este consejo de María sigue siendo actual: en la obediencia a Jesús encontramos la paz y la plenitud.
✠ Las tinajas llenas de agua:
Las tinajas de piedra, vacías al principio, son llenadas con agua destinada a la purificación. Aquí podemos ver una llamada a la conversión personal y familiar. En los momentos en que el “vino” del matrimonio parece agotarse, Jesús nos invita a llenarnos de "agua", que representa la purificación de nuestras actitudes, la limpieza de nuestra mirada, el diálogo sincero, y el redescubrimiento de las pequeñas alegrías cotidianas. Cuando permitimos que Él transforme lo ordinario (el agua) en algo extraordinario (el vino), renovamos nuestra relación y traemos alegría no solo a nosotros, sino también a nuestra familia y comunidad.
✠ El mejor vino al final:
El gesto de Jesús de proporcionar el mejor vino al final tiene una enseñanza vital. Dios no solo restaura lo perdido, sino que ofrece algo mejor. En el matrimonio, los momentos difíciles pueden ser la antesala de una etapa más madura, más plena, si permitimos que Él actúe. Este "mejor vino" puede ser el redescubrimiento del amor, la fortaleza frente a las pruebas o la capacidad de convertir los desafíos en oportunidades para crecer juntos.
✠ "Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él."
Este milagro, el primero de Jesús, tiene un propósito claro: obedecer a su madre, traer paz y alegría a una pareja en dificultades, manifestar su gloria y fortalecer la fe de sus discípulos. En nuestra vida, cada transformación que Jesús realiza es una oportunidad para reconocer su amor y dar testimonio de Él. Así como los discípulos creyeron al ver este signo, nosotros también estamos llamados a renovar nuestra fe cuando experimentamos su presencia transformadora.
✠ Para quienes vivimos el sacramento del matrimonio:
Este pasaje es especialmente iluminador para quienes llevamos años casados. A veces, las dificultades, las preocupaciones y las rutinas hacen que el "vino" escasee en nuestra relación. Este evangelio nos recuerda que Jesús está presente en nuestra "boda", dispuesto a actuar si se lo permitimos. Como María, debemos reconocer las áreas de nuestro matrimonio donde falta la alegría, pedir la intervención de Jesús y llenar nuestras "tinajas" con agua: dedicación, paciencia y una disposición a purificarnos. Cuando permitimos esta transformación interior, Jesús no solo restaura nuestra alegría, sino que hace de nuestra familia un testimonio vivo de su amor, un lugar donde otros puedan experimentar el gozo y la abundancia de Dios.
Propósito para hoy:
Dedica un tiempo a reflexionar con tu pareja sobre las áreas en las que vuestro "vino" puede estar escaseando. Ponedlo en manos de Jesús y, juntos, comprometéos a llenar las "tinajas" de vuestra relación con pequeños gestos de amor, paciencia y generosidad.
Santoral del día:
Hoy recordamos a San Mario y compañeros mártires, quienes vivieron con valentía su fidelidad a Cristo en tiempos de persecución. Su ejemplo nos anima a mantener la fe y el amor, incluso en los momentos más difíciles.
"El amor conlleva entrega, sacrificio y paciencia. En esa cruz del día a día, se encuentra el vino nuevo que Cristo nos ofrece."
Jaculatoria para el día:
"Señor, transforma mi agua en vino y llena mi hogar de tu alegría."
Que este día sea una oportunidad para experimentar la transformación que Jesús puede realizar en nuestra vida cuando confiamos plenamente en Él y obedecemos sus mandatos.
elEvangeliotehabla.com
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