Evangelio de hoy, 18/11/2024

11/18/20242 min read

Evangelio según San Lucas 18, 35-43

En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello; y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Reflexión

El pasaje de hoy nos presenta a un ciego que, al enterarse de la presencia de Jesús, clama con insistencia: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". A pesar de las reprimendas de la multitud, su fe y determinación lo llevan a un encuentro transformador con el Señor.

En nuestra vida cotidiana, es común encontrarnos con situaciones que nos hacen sentir "ciegos", incapaces de ver soluciones o caminos claros. Estos momentos pueden surgir en el ámbito familiar, laboral o personal. Sin embargo, este evangelio nos enseña que, incluso en medio de la oscuridad, la fe y la perseverancia son fundamentales para encontrar la luz.

Observa cómo el ciego no se deja intimidar por quienes intentan silenciarlo. Su necesidad y confianza en Jesús son más fuertes que las voces que buscan detenerlo. Esto nos invita a reflexionar sobre las veces que permitimos que las opiniones ajenas o las circunstancias nos impidan acercarnos a Dios o buscar soluciones a nuestros problemas.

Jesús, al escuchar su clamor, se detiene y le pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti?". Esta pregunta es profunda y personal. Nos invita a identificar nuestras verdaderas necesidades y a presentarlas con sinceridad ante Dios. A veces, en medio de la rutina diaria, olvidamos detenernos y reflexionar sobre lo que realmente necesitamos para nuestro bienestar espiritual y emocional.

La respuesta del ciego es clara: "Señor, que recobre la vista". Y Jesús le concede la sanación, resaltando que su fe ha sido el motor de este milagro. Esto nos recuerda que la fe no es solo una creencia pasiva, sino una fuerza activa que nos impulsa a buscar y a confiar en la misericordia divina.

En tu vida, te animo a identificar aquellas áreas donde sientes "ceguera" o incertidumbre. Presenta estas situaciones en oración, con la misma confianza y perseverancia del ciego de Jericó. No permitas que las distracciones o las voces externas te alejen de este encuentro personal con Dios.

Recuerda que Jesús siempre está dispuesto a escucharnos y a brindarnos su compasión. Nuestra tarea es acercarnos a Él con fe y sinceridad, confiando en que su amor y misericordia nos guiarán hacia la luz y la claridad que necesitamos.

Propósito para hoy

Dedica un momento del día para una oración sincera, presentando a Dios aquellas áreas de tu vida donde sientes incertidumbre o "ceguera". Pide con fe su guía y claridad, confiando en su amor y misericordia.

Santos del día

Hoy celebramos la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo en Roma. Estas imponentes iglesias nos recuerdan la fe y el testimonio de estos dos grandes apóstoles. San Pedro nos dejó esta reflexión: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

Frase meditativa

"Señor, que recobre la vista; aumenta mi fe y guíame en tu luz."