Evangelio de hoy, 18/01/2025

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Mientras estaba Jesús a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían. Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Por qué come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Reflexión:

Este pasaje del Evangelio nos muestra la llamada de Jesús a Leví, también conocido como Mateo, y su disposición a relacionarse con aquellos considerados pecadores por la sociedad de su tiempo.

✠ "Vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: 'Sígueme'."
Jesús se acerca a Leví en su lugar de trabajo, en medio de su vida cotidiana. Leví, como recaudador de impuestos, era visto con desprecio por sus contemporáneos, pero Jesús ve más allá de las etiquetas sociales y reconoce su potencial. Esta llamada nos invita a reflexionar sobre cómo Jesús nos busca en nuestra realidad diaria, sin esperar que seamos perfectos, sino invitándonos a seguirle tal y como somos porque sabe que el contacto con Él nos ayudará a dar a luz nuestro mejor rostro. ¿Estamos atentos a la llamada de Jesús en nuestra vida cotidiana?

✠ "Él se levantó y lo siguió."
La respuesta inmediata de Leví demuestra una fe y una confianza profundas. ¿Qué debía pasar por su mente? Deja atrás su vida anterior para seguir a Jesús, mostrando que la llamada de Dios requiere una respuesta decidida. Nos desafía a considerar qué estamos dispuestos a dejar para seguir a Cristo plenamente. ¿Qué nos retiene de responder con prontitud a su llamada?

✠ "Muchos publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos."
Jesús no solo llama a Leví, sino que también se sienta a la mesa con aquellos marginados por la sociedad que, muy probablemente, formaban parte del entorno de Mateo. Este gesto de comunión muestra que el amor de Dios es inclusivo y que su misericordia está disponible para todos, sin excepción. Nos invita a examinar nuestras propias actitudes hacia los demás y a preguntarnos si reflejamos esta apertura y acogida en nuestra vida. ¿Cómo tratamos a quienes la sociedad considera "pecadores" o "indeseables"?

✠ "¿Por qué come con publicanos y pecadores?"
La pregunta de los escribas revela una mentalidad de exclusión y juicio. Jesús, al relacionarse amigablemente con los marginados, desafía las normas sociales y religiosas de su tiempo, enseñándonos que la verdadera justicia divina se basa en la misericordia y el amor. Cristo no salva desde la distancia, sino desde la cercanía y la amistad. Nos llama a cuestionar nuestros propios prejuicios y a abrirnos a la inclusión y al perdón. ¿Juzgamos a los demás basándonos en apariencias o estereotipos?

✠ "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos."
Jesús se presenta como el médico que viene a sanar a los enfermos, es decir, a los pecadores. Reconocer nuestra propia necesidad de sanación es el primer paso para recibir su gracia. Nos invita a la humildad y al reconocimiento de nuestras propias debilidades, confiando en su poder sanador. ¿Reconocemos nuestra necesidad de la misericordia de Dios?

✠ "No he venido a llamar a justos, sino a pecadores."
La misión de Jesús es clara: buscar y salvar lo que estaba perdido. Esta afirmación nos llena de esperanza, sabiendo que, sin importar nuestro pasado, Jesús nos llama a una vida nueva en Él y nos desafía a ser portadores de esta buena noticia para los demás, especialmente para aquellos que se sienten alejados de Dios. ¿Cómo podemos ser instrumentos de la llamada de Jesús en la vida de los demás?

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a la llamada de Jesús, nuestra actitud hacia los demás y nuestra disposición a reconocer nuestra necesidad de su misericordia.

Propósito para hoy:

Reflexiona sobre las personas en tu vida que pueden sentirse marginadas o alejadas de Dios. Busca una manera concreta de mostrarles el amor y la acogida de Jesús, ya sea a través de una conversación, una invitación o un gesto de amistad.

Santoral del día:

Hoy celebramos a Santa Prisca, una joven mártir del siglo III que, a pesar de su corta edad, mostró una fe inquebrantable en Cristo. Su valentía y entrega nos inspiran a vivir nuestra fe con firmeza y amor, incluso en medio de las dificultades.

"El amor de Dios no excluye a nadie; su mesa está abierta para todos los que desean acercarse a Él con un corazón sincero."

Jaculatoria para el día:

"Señor Jesús, ayúdame a seguirte con prontitud y a acoger a todos con tu amor misericordioso."

Que este día sea una oportunidad para responder a la llamada de Jesús y para ser testigos de su amor inclusivo en el mundo.