Evangelio de hoy, 16/11/2024

11/16/20244 min read

Evangelio según San Lucas 18,1-8

En aquel tiempo, Jesús les contó a sus discípulos una parábola para explicarles la necesidad de orar siempre y sin desfallecer: "Había en una ciudad un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. En la misma ciudad había una viuda que recurría a él constantemente, diciéndole: ‘Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia, para que no me siga molestando’”.

Dicho esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?".

Reflexión

Este evangelio nos invita a reflexionar sobre la perseverancia en la oración y la confianza en la justicia de Dios. Jesús nos presenta a un juez que no teme a Dios ni tiene respeto por nadie, y a una viuda, una figura de vulnerabilidad y desamparo. Sin embargo, es la insistencia y la constancia de esta mujer lo que logra mover el corazón endurecido del juez. Este mensaje nos recuerda que la perseverancia y la fe en nuestra relación con Dios son fundamentales, especialmente cuando las respuestas no parecen llegar. Quizás, en tu vida, también hay situaciones que has llevado a Dios repetidamente y en las que te sientes tentado a rendirte. Jesús nos alienta a seguir orando, con la certeza de que Dios siempre escucha.

La parábola subraya que, si un juez injusto responde por cansancio, cuanto más lo hará Dios, que es justo y amoroso, por aquellos que claman a Él día y noche. Es un llamado a confiar en que Dios no es indiferente a nuestras necesidades y sufrimientos, sino que actúa en su tiempo y a su manera. En medio de la espera, este evangelio nos recuerda que Dios escucha y que, aunque no veamos de inmediato los frutos de nuestra oración, Él está trabajando en nuestro favor. Esta invitación a la confianza puede ayudarte a entregarle a Dios cualquier carga o preocupación que lleves en el corazón, sabiendo que Él no te dejará sin respuesta.

La viuda representa a todos aquellos que perseveran en medio de la dificultad, sin perder la esperanza. Jesús nos invita a tener una fe persistente, que no se deje desanimar por el aparente silencio o por las demoras. Vivir esta fe significa también aprender a aceptar que las respuestas de Dios no siempre son inmediatas ni siempre coinciden con nuestras expectativas. Quizás en tu vida hay momentos en los que quisieras una intervención rápida o clara de Dios, pero este evangelio te recuerda que la fe crece en la espera y en la confianza, y que Dios siempre actúa con amor, aunque sea en formas que no entendemos.

La pregunta final de Jesús, “¿encontrará esta fe en la tierra?”, nos plantea un desafío personal. Él nos pide no solo que oremos, sino que vivamos con una fe sólida y perseverante. Es fácil mantener la fe cuando las cosas van bien, pero la verdadera prueba es cuando no vemos resultados inmediatos, cuando la espera es larga o cuando las dificultades se hacen más intensas. Este evangelio te llama a una fe madura, capaz de resistir y de mantener viva la esperanza incluso en los momentos oscuros.

Este pasaje nos habla también de la importancia de ser constantes y determinados en nuestro camino espiritual. La viuda insiste porque sabe que la justicia es su derecho, y nosotros, en nuestra oración, también debemos recordar que la misericordia de Dios es una promesa para quienes confían en Él. Dios nos invita a ser hijos que, con sencillez y persistencia, se acerquen a Él con cada necesidad, con cada dolor y con cada alegría, sin temor y con la seguridad de que Él es un Padre bueno.

Finalmente, esta parábola es un recordatorio de que la oración no solo transforma nuestras circunstancias, sino también nuestro propio corazón. La perseverancia en la oración nos fortalece, nos hace crecer en humildad y nos ayuda a descubrir una paz interior que no depende de lo externo. Hoy, Jesús te llama a que seas como esta viuda: tenaz, valiente y lleno de esperanza. Ora siempre y sin desfallecer, sabiendo que cada oración es un acto de fe que te acerca al amor incondicional de Dios.

Propósito para hoy

Dedica un tiempo especial a la oración hoy, trayendo a Dios una intención o una situación que has llevado en el corazón. Pídele la gracia de perseverar en la fe y de confiar en su amor, aunque las respuestas no sean inmediatas.

Santo del día

Hoy, 16 de noviembre, celebramos a Santa Margarita de Escocia, una reina del siglo XI conocida por su profunda piedad, generosidad y dedicación a los pobres. Como reina, usó su influencia para reformar la Iglesia en Escocia, mejorar la educación y asistir a los necesitados. Margarita vivió una vida de oración y caridad, siendo un ejemplo de cómo la fe puede transformar tanto la vida personal como la vida de una nación.

Jaculatoria para el día

“Señor, aumenta mi fe y ayúdame a perseverar en la oración.”