Evangelio de hoy, 12/12/2024
12/12/20243 min read
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 11-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Os aseguro que no ha surgido entre los nacidos de mujer nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la Ley profetizaron hasta Juan. Y, si queréis aceptarlo, él es Elías, el que había de venir. El que tenga oídos, que oiga».
Reflexión:
Este pasaje nos ofrece una enseñanza profunda sobre la figura de Juan el Bautista y su lugar en la historia de la salvación. Jesús lo declara como el más grande entre los nacidos de mujer, pero al mismo tiempo señala que "el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él". Aquí se nos revela un cambio radical en la percepción de la grandeza: ya no se mide por logros humanos, sino por la participación en el Reino de Dios. Esto nos invita a reflexionar sobre cómo, en tu vida cotidiana, la verdadera grandeza se encuentra en la humildad, el servicio y la capacidad de alinear tu vida con los valores del Reino.
Jesús identifica a Juan como "Elías, el que había de venir", conectándolo con la misión profética que se le atribuía al gran profeta Elías en el Antiguo Testamento. Elías fue el símbolo del profeta fiel que lucha incansablemente por la pureza de la fe en Dios en medio de una sociedad corrupta e idólatra. Su retorno, profetizado en Malaquías, anunciaba la llegada del Mesías y la restauración de Israel. En Juan, esta misión se cumple plenamente: él no solo es un mensajero, sino el puente que conecta la antigua alianza con la nueva. Para ti, esta conexión te invita a reflexionar sobre cómo tu vida también puede ser un puente, llevando los valores eternos del Evangelio a tu entorno personal y profesional.
Juan, como Elías, es una figura de transición, un heraldo que prepara el camino. Pero Jesús es la culminación de todas las profecías, la promesa hecha carne, el mito que se convierte en historia. Todas las aspiraciones y esperanzas que los profetas anunciaron se realizan en Él. En este sentido, Jesús no es solo el cumplimiento del pasado, sino el comienzo de algo completamente nuevo: el Reino de Dios que irrumpe en la humanidad. En tu vida espiritual, esta realidad te llama a abrazar a Jesús como el centro de la historia y de tu propia existencia. Él es quien da sentido a tus luchas, ilumina tus decisiones y transforma tus anhelos más profundos.
La afirmación de que "el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" puede interpretarse como una invitación a vivir con pasión y compromiso. Esta "violencia" espiritual no es agresión, sino determinación. Entrar en el Reino requiere valentía para romper con lo que nos aparta de Dios, para nadar contra corriente y para vivir una fe que no se conforma con lo superficial. En tu entorno laboral y familiar, esto puede significar decisiones difíciles pero necesarias, como defender la verdad, practicar la justicia o mostrar amor incluso en circunstancias adversas.
Cuando Jesús dice: "El que tenga oídos, que oiga", lanza una invitación a la escucha atenta y al discernimiento. Su mensaje no es solo para ser escuchado, sino para ser acogido y vivido. En tu día a día, esta exhortación te anima a buscar momentos de silencio interior, a escuchar la voz de Dios en medio de las ocupaciones y a dejar que su Palabra transforme tu corazón y tus acciones.
Finalmente, este pasaje nos desafía a reconocer la continuidad de la historia de la salvación: desde los profetas hasta Juan, y de Juan hasta Jesús, Dios teje una narrativa de fidelidad y amor que culmina en la presencia de Cristo entre nosotros. Pero también nos llama a participar activamente en esta historia. En nuestra vida, se nos invita a ser parte de esta trama divina, llevando el mensaje de esperanza y transformación a los demás, encarnando a Cristo, siendo otro Cristo, siendo el mismo Cristo.
Propósito para hoy:
Reflexiona sobre cómo puedes ser un puente, como Juan y Elías, entre las promesas de Dios y quienes te rodean. Dedica un momento a orar por aquellos que necesitan escuchar el mensaje de esperanza y busca formas concretas de ser luz en sus vidas.
Santoral del día:
Hoy celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América. Como decíamos ayer, una de sus frases más conocidas y tranquilizadoras es: "¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?". Esto nos recuerda la continuidad del amor de Dios, que nos busca y nos protege a través de María y sus intervenciones en la historia.
Jaculatoria para el día:
"Jesús, eres la promesa cumplida; ayúdame a ser testigo fiel de tu amor".
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