Evangelio de hoy, 10/11/2024
11/10/20243 min read
Evangelio según San Marcos 12,38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y les decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplias vestiduras y recibir reverencias en las plazas; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes. Se echan sobre los bienes de las viudas, haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso".
En una ocasión, Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo mirando cómo la gente echaba allí sus monedas; muchos ricos daban en abundancia. En esto se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos, porque los demás han echado de lo que les sobraba, pero esta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir".
Reflexión
Este evangelio nos invita a mirar con otros ojos las actitudes del corazón y los actos de generosidad verdadera. Jesús observa dos escenas que contrastan notablemente: la de los escribas que buscan reconocimiento y la de una viuda que, en silencio y sin ser vista, da todo lo que tiene. Los escribas representan a quienes buscan honores y prestigio, transformando incluso sus gestos religiosos en una demostración de poder y vanidad. Es un llamado a revisar si, en algún aspecto de nuestra vida, también buscamos ser vistos o valorados, y a recordar que el auténtico servicio a Dios es siempre humilde y desinteresado.
El acto de la viuda nos ofrece una lección profunda sobre el desprendimiento y la confianza en Dios. Ella no tiene mucho, y sin embargo, da todo lo que tiene. Este pequeño gesto, insignificante para los ojos del mundo, es grande a los ojos de Dios. En tu vida diaria, quizás te encuentras con situaciones en las que tus aportes o tu trabajo pueden pasar desapercibidos o parecer pequeños en comparación con lo que otros hacen o muestran. Sin embargo, Jesús te recuerda aquí que el valor de un acto no está en su tamaño o en su apariencia, sino en la entrega y el amor con que lo realizamos.
El contraste entre los ricos que dan de lo que les sobra y la viuda que da todo lo que tiene nos confronta con nuestra propia relación con los bienes y la generosidad. Dar desde la abundancia no representa un sacrificio real, pero entregar lo que es vital y necesario implica un acto de fe y de amor extraordinario. ¿En qué aspectos de tu vida podrías también dar “de tu pobreza,” es decir, compartir lo que realmente te cuesta, ya sea tiempo, atención o recursos? Este evangelio nos invita a considerar cómo y cuánto compartimos de aquello que tiene verdadero valor para nosotros.
Jesús nos muestra también que Dios mira el corazón, y no solo las acciones externas. Él sabe lo que cada uno puede dar y lo que cada uno necesita guardar para vivir. La viuda confía en que Dios proveerá, a pesar de darlo todo, y esa confianza es precisamente lo que la hace grande. Quizás en algún momento te hayas encontrado en una situación en la que dar te ha parecido una renuncia difícil, pero el ejemplo de la viuda te recuerda que, cuando damos con sinceridad, Dios siempre se encarga de suplir lo que necesitamos.
Este pasaje es una invitación a vivir con una fe confiada, especialmente en momentos de escasez o dificultad. La generosidad verdadera no se mide en cantidades, sino en disposición y en entrega. Hoy en día, donde tanto se valora lo que poseemos o lo que mostramos, este evangelio nos recuerda que Dios valora lo que somos capaces de soltar, de entregar y de dejar en sus manos con fe.
Por último, Jesús llama a los discípulos para enseñarles esta lección, como si quisiera subrayar la importancia de observar los pequeños detalles. Dios se fija en lo que a veces pasa desapercibido para el mundo, en esos gestos invisibles que brotan de un corazón sincero. Este evangelio te invita a cultivar una espiritualidad de lo pequeño, a reconocer el valor de cada acto hecho con amor, aunque nadie más lo vea.
Propósito para hoy
Busca una ocasión en la que puedas dar o compartir algo importante, sin importar su cantidad o valor. Hazlo desde el corazón, sin esperar reconocimiento, confiando en que Dios valora lo que le entregas.
Santo del día
Hoy, 10 de noviembre, celebramos a San León Magno, papa y doctor de la Iglesia. San León, conocido por su firmeza y caridad, fue un defensor incansable de la fe frente a las herejías y las divisiones. Fue también un líder fuerte y valiente en tiempos difíciles, y es recordado por sus escritos teológicos profundos, especialmente sobre la naturaleza de Cristo. Uno de sus momentos más recordados fue cuando logró persuadir a Atila el Huno de no atacar Roma, mostrando así su valentía y su gran capacidad de diálogo.
Jaculatoria para el día
“Señor, enséñame a dar desde el corazón, sin temor y sin reservas.”
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