Evangelio de hoy, 02/12/2024

12/2/20243 min read

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,5-11

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». Le contestó: «Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace». Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».

Reflexión:

Este pasaje nos presenta a un centurión romano, un oficial del ejército, que se acerca a Jesús con una petición llena de humildad y fe. A pesar de su posición de autoridad, reconoce su indignidad ante Jesús y confía plenamente en su poder sanador, incluso a distancia.

En nuestra vida diaria, a menudo nos encontramos en situaciones donde sentimos que no somos dignos o que nuestras preocupaciones son demasiado pequeñas para presentarlas ante Dios. Sin embargo, este relato nos enseña que la verdadera fe implica reconocer nuestras limitaciones y confiar en la misericordia y el poder de Dios, sin importar nuestras circunstancias.

La respuesta de Jesús al centurión es significativa: se maravilla de su fe y declara que muchos vendrán de diferentes lugares para participar en el reino de los cielos. Esto nos recuerda que el amor y la salvación de Dios están abiertos a todos, sin distinción de origen, posición social o pasado. En tu entorno familiar y laboral, esta enseñanza te invita a ver a cada persona como digna del amor y la gracia de Dios, fomentando una actitud de inclusión y respeto.

El centurión demuestra una comprensión profunda de la autoridad de Jesús, comparándola con su propia experiencia militar. Reconoce que una simple palabra de Jesús es suficiente para sanar. Esto nos desafía a reflexionar sobre nuestra propia fe: ¿Confiamos en que la palabra de Dios tiene el poder de transformar nuestras vidas y situaciones? En tu día a día, puedes encontrar momentos para meditar en las Escrituras y permitir que la palabra de Dios guíe tus decisiones y acciones.

Además, la humildad del centurión es ejemplar. No se deja cegar por su cargo y posición. Esta actitud nos invita a cultivar la humildad en nuestras relaciones, reconociendo nuestras propias limitaciones y valorando las contribuciones de los demás. En el ámbito laboral, esto puede traducirse en una colaboración más efectiva y en un ambiente de trabajo más armonioso.

La fe del centurión también nos muestra la importancia de interceder por los demás. Él no busca ayuda para sí mismo, sino para su criado. Esto nos anima a ser conscientes de las necesidades de quienes nos rodean y a llevar sus preocupaciones ante Dios en oración. En tu familia, puedes fomentar momentos de oración conjunta, presentando las necesidades de cada miembro y fortaleciendo así los lazos familiares.

Finalmente, la admiración de Jesús por la fe del centurión nos recuerda que Dios valora una fe sincera y confiada. No se trata de la cantidad de nuestras obras, sino de la calidad de nuestra confianza en Él. Esto nos libera de la carga de intentar ganarnos el favor de Dios y nos invita a descansar en su amor incondicional.

Propósito para hoy:

Dedica un momento para identificar a alguien en tu entorno que necesite apoyo o una palabra de aliento. Acércate a esa persona con humildad y ofrece tu ayuda, reflejando el amor y la compasión de Cristo.

Santoral del día:

Hoy la Iglesia conmemora a varios santos, entre ellos San Silvestre Guzzolini, abad, fundador de la Congregación de los Silvestrinos. Una de sus ideas más destacadas es que la humildad es el camino que nos lleva a Dios.

Jaculatoria para el día:

"Señor, aumenta mi fe y hazme instrumento de tu paz."