Evangelio de hoy, 01/02/2025

2/1/20253 min read

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 35-41

Aquel día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».

Reflexión:

Este pasaje del Evangelio nos invita a adentrarnos en el misterio de la fe y la confianza en medio de las tempestades de la vida. Jesús, consciente de las pruebas que sus discípulos enfrentarán, les propone cruzar a la otra orilla, un gesto que simboliza el paso hacia una comprensión más profunda de su misión y una invitación a trascender las seguridades conocidas.

"Vamos a la otra orilla."
Esta invitación de Jesús es más que un simple desplazamiento geográfico; es una llamada a aventurarse en lo desconocido, a salir de la zona de confort y a confiar en su guía. En nuestra existencia, a menudo nos encontramos en situaciones que nos desafían a dejar atrás lo familiar y a confiar en la providencia divina, sabiendo que Él nos acompaña en cada paso.

"Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca..."
Las tempestades representan las adversidades y desafíos que enfrentamos. Incluso cuando Jesús está presente, no estamos exentos de dificultades. Estas pruebas ponen a prueba nuestra fe y nos revelan nuestras fragilidades, pero también nos ofrecen la oportunidad de experimentar el poder y la fidelidad de Dios.

"Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal."
La imagen de Jesús durmiendo en medio de la tormenta puede desconcertarnos. Sin embargo, su sueño no indica indiferencia, sino una confianza absoluta en el Padre. Nos enseña que, incluso en medio del caos, podemos encontrar paz si confiamos plenamente en Dios. Su aparente inactividad nos invita a profundizar en nuestra fe y a reconocer que su presencia es constante, aunque no siempre evidente.

"Maestro, ¿no te importa que perezcamos?"
Esta exclamación de los discípulos refleja nuestras propias dudas y temores cuando sentimos que Dios está distante en momentos de crisis. Es una llamada a reconocer nuestra dependencia de Él y a clamar con sinceridad, sabiendo que Él escucha nuestras súplicas y responde en el momento oportuno.

"¡Silencio, enmudece!"
Con una autoridad serena, Jesús calma la tempestad, demostrando su dominio sobre la creación. Este acto nos revela que ninguna fuerza, por poderosa que parezca, está fuera del control de Dios. Nos invita a confiar en su poder y a buscar su intervención en nuestras luchas, sabiendo que Él puede traer paz y calma a cualquier situación.

"¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?"
Jesús nos confronta con una pregunta que penetra en lo más profundo de nuestro ser. El miedo es una reacción natural, pero la fe nos llama a trascender ese miedo y a confiar en la presencia amorosa de Dios. Es una invitación a fortalecer nuestra fe, a recordar las veces que Él ha sido fiel y a confiar en que continuará siéndolo.

Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre nuestra fe y confianza en Dios. Nos invita a reconocer que, aunque las tempestades son inevitables, la presencia de Jesús en nuestra "barca" nos asegura que no estamos solos y que, con Él, podemos enfrentar cualquier adversidad con esperanza y valentía.

Propósito para hoy:

Identifica una situación en tu vida que te cause temor o ansiedad. Dedica un momento a orar, entregando esa preocupación a Dios y pidiéndole la gracia de confiar en su providencia y amor.

Santoral del día:

Hoy celebramos a Santa Brígida de Irlanda, también conocida como Santa Brígida de Kildare. Es una de las patronas de Irlanda, reconocida por su profunda fe y su dedicación a la caridad. Fundó monasterios y fue una luz de esperanza para muchos.

Jaculatoria para el día:

"Señor, en medio de las tempestades de la vida, fortalece mi fe y concédeme la paz que solo Tú puedes dar."

Que este día sea una oportunidad para profundizar en nuestra confianza en Dios, recordando que, con Jesús en nuestra barca, ninguna tormenta puede hundirnos.