Evangelio de hoy, 01/01/2025

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 16-21

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Reflexión:

Hoy celebramos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, y el Evangelio nos lleva al humilde pesebre de Belén. Los pastores, tras recibir el anuncio del ángel, se apresuran a encontrar al recién nacido. Imagínate la escena: gente sencilla, llena de asombro y alegría, compartiendo lo que han oído sobre ese niño especial. Y en medio de todo, María, joven madre, atesora cada palabra y acontecimiento en su corazón.

María nos enseña el valor de la contemplación. En un mundo donde todo va tan rápido, detenernos a reflexionar sobre lo que Dios hace en nuestra vida es esencial. Ella no solo escucha; medita profundamente, buscando comprender el misterio que vive. Quizás nosotros también deberíamos tomarnos un tiempo para pensar en cómo Dios actúa en nuestro día a día, incluso en los detalles más pequeños.

Los pastores, por su parte, representan la respuesta entusiasta al encuentro con Dios. No se quedan callados; cuentan a todos lo que han visto y oído. Su experiencia se convierte en testimonio vivo. Esto nos invita a preguntarnos: ¿Cómo compartimos nuestra fe con los demás? ¿Transmitimos la alegría de conocer a Jesús en nuestra vida cotidiana?

El nombre "Jesús", dado al niño al octavo día, significa "Dios salva". Este nombre no es solo una etiqueta; encierra su misión y propósito. Al iniciar un nuevo año, es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra propia misión. ¿Qué propósito nos ha dado Dios? ¿Cómo podemos vivir de manera que refleje su amor y salvación en el mundo?

María, como Madre de Dios, nos muestra una fe profunda y una entrega total al plan divino. Su ejemplo nos anima a confiar plenamente en Dios, incluso cuando no entendemos completamente su voluntad. Ella es modelo de fe, esperanza y amor. Al comenzar este año, pidámosle que nos ayude a crecer en estas virtudes y a acercarnos más a su Hijo.

Propósito para hoy:

Dedica un momento del día para meditar, al igual que María, sobre las bendiciones y desafíos que has experimentado. Pide a Dios la gracia de comprender su voluntad y la fortaleza para seguirla con confianza y amor.

Santoral del día:

Hoy la Iglesia celebra a María en su más alto título: Madre de Dios. Este reconocimiento resalta su papel fundamental en la historia de la salvación y su íntima unión con la Santísima Trinidad. María es también nuestra madre espiritual, siempre dispuesta a interceder por nosotros y guiarnos hacia su Hijo. Hoy es un buen día para reconocer y agradecer el papel de María en nuestra redención.

Jaculatoria para el día:

"Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, acompáñame en este nuevo año y ayúdame a seguir fielmente a tu Hijo".